Juez libera al hombre que quemó rostro de su mujer con agua hirviendo

Filed under by Mabel Barreto on 16:08

Indignante decisión la del juez del Séptimo Juzgado Penal, Zoilo Cirilo Enrique Sótelo, quien ordenó dar libertad a Jaime Salirrosas, que el pasado viernes 30 en la madrugada quemó el rostro de su mujer con agua hirviendo.

Mientras Elizabeth Alanya es atendida de quemaduras de segundo y tercer grado en el Hospital Loayza, Salirrosas salió de la cárcel el sábado a la medianoche, donde sólo permaneció unas horas. Fue capturado por la policía ese mismo día. Al salir dijo a la prensa que “como buen caballero” se hará cargo de las medicinas que implique el tratamiento de su víctima.

Esto parece una tragicomedia en tres actos:  nos enteramos de la terrible agresión sufrida por la mujer, al día siguiente nos enteramos que la policía capturó al culpable de las quemaduras, y al tercer día nos enteramos que salió de la cárcel por orden judicial.

Acto 1:  Agua hirviendo a la cara 



Acto 2:  Agresor capturado



Acto 3:  Aquí no pasa nada



Consultada sobre el proceder del juez Sótelo, la abogada Beatriz Ramírez, del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Reproductivos y Sexuales (Promsex) señaló su discrepancia con la decisión que éste tomó.  “Sea por incompetencia, por corrupción o por prejuicio de género, el juez ha tomado una decisión errada”, afirmó.

La ley señala, explica Ramírez, que la detención preventiva se da para evitar que la persona acusada destruya medios probatorios o se dé a la fuga.  Y aunque en el Perú priman las detenciones sobre las órdenes de comparecencia, en este caso sí había razones para suponer que Salirrosas podría alterar el proceso judicial, pues se dio a la fuga tras cometer el delito, de modo que podría volver a hacerlo.  Además, los familiares de la víctima han narrado que el agresor los amenazó llamando al teléfono de Elizabeth (amenaza a posibles testigos).  Por lo tanto, sí procedía la detención.

Por su parte, Patricia Zanabria, representante en Perú del Comité de América Latina y El Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer, afirmó que la decisión de darle orden de comparecencia y no dejar detenido al agresor de Elizabeth Alanya “resulta preocupante porque evidencia que no hay respuesta efectiva para las víctimas de violencia familiar”.

Resaltó el hecho de que en este caso incluso hubo premeditación de parte del agresor, al poner a hervir la olla de agua para dañar a la mujer.  Además como prueba tendría que considerarse el testimonio de la misma víctima.

“La Ley Contra la Violencia Familiar tiene que ser más efectiva”, concluyó Zanabria, pues “casos como éste demuestran que, pese al daño grave ocasionado a una víctima , ésta no encuentra justicia efectiva, y si la ley no es efectiva y oportuna para las víctimas de violencia,  si más bien se está dando un ejemplo de impunidad, habrá desconfianza en otras víctimas que se atreven a denunciar agresiones y eso es muy delicado”.

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