Sofía quiere aprender a cocinar…

Filed under , , by Mabel Barreto on 6:58


“Si no aprendo a cocinar, nunca me voy a casar”. Aunque la frasesita suena a aquellas épocas en que nuestras abuelas –y en muchos casos nuestras madres también- aprendían todos los secretos de la cocina con miras a “saber llevar un hogar”, fue dicha esta semana, y nada menos que por una destacadísima representante de las peruanas exitosas: Sofía Mulanovich.


Sí: lo dijo la reina del surf peruano y también primera peruana y sudamericana en obtener el título de Campeona Mundial de Surf al ganar el campeonato mundial de la Asociación de Surfistas Profesionales (ASP) en el 2004, por nombrar sólo uno de sus muchos títulos; además de ser probablemente quien más ha hecho para popularizar la tabla hawaiana entre los jóvenes del país.

“Tengo que aprender a cocinar, si no nunca me voy a casar”, dijo Sofía, ante las insistentes preguntas de un periodista (seguramente hombre). Felizmente que “la gringa” se rió al final, porque si no, podríamos pensar que hablaba en serio.

Pero el trasfondo de la anécdota, la referencia de Sofía a la obligación de aprender a cocinar para llegar al matrimonio, fue un hecho real hasta que las mujeres comenzaron a demostrar que podían hacer muchas cosas independientemente de coger el cucharón y pararse frente a un fogón.

Es decir, el machismo.

Sí, el machismo persiste en Perú pese a que hoy tenemos mujeres como ministras, secretarias generales de sindicatos, parlamentarias, deportistas triunfadoras como Sofía, etc. ¿Por qué?

Un estudio realizado hace un tiempo por el sociólogo David Sulmont Haak, profesor de la Universidad Católica, sobre la base de los resultados de cuatro encuestas aplicadas en el Perú, concluía que pese a que en nuestro país existe una percepción general de que los hombres y las mujeres gozan de igualdad de oportunidades en diversos ámbitos de la esfera pública; también persiste la imagen de que somos una sociedad machista y que en la vida familiar se mantienen los roles tradicionales.

A pedido de DEMUS, Sulmont revisó los resultados verificando que más del 70% de los encuestados opinaban que el machismo persiste en el país. Si se discriminaba las respuestas de mujeres y hombres, siempre ellas tenían una imagen más marcada del tema.

Pero lo interesante es que por lo menos en una de las encuestas, realizada por el Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica, se les preguntó quién realiza determinadas tareas del hogar. Un 66% de mujeres contestó “generalmente yo” y un 55% de hombres dijo “mi cónyugue”. Y sólo un 21% (respuesta de las mujeres) y un 28% (respuesta de los hombres) dijo que esta tarea se ejecuta en sus hogares “por los dos, más o menos por igual”.

Es decir, en la mayoría de los casos, pese a que hoy la mujer en el Perú también trabaja, estudia, tiene similares tareas de producción económica fuera del hogar a las del hombre; al llegar a casa es ella la que generalmente se tiene que encargar de cocinar.

No quisiera terminar esta entrada diciendo, ni de broma o sarcasmo, “hace bien Sofía en querer aprender a cocinar”. Además tengo que ser honesta y admitir que hasta ahora yo me hago un lío en la cocina. Estoy aprendiendo a cocinar para presentar algo más que arroz con hamburguesa y huevo frito cuando sea necesario hacerlo, porque además creo que con tanta fama que ha adquirido la comida peruana es casi tarea de todos los y las que nacimos aquí saber preparar nuestros cada vez más conocidos platos y…sí, para ser más equitativa con mi marido en el reparto de tareas.

Pero sigo negándome a la distribución machista de los roles:  saber cocinar no puede ser una obligación exclusiva de las mujeres. Por eso, prefiero terminar pidiéndole a Sofía que más bien deje de pensar en aprender a preparar ceviche y siga dedicándole su tiempo y energía a entrenarse sobre las olas. Gringa, tú ya has hecho y haces bastante. Si te toca uno que no sepa cocinar (tampoco vamos a exigirle a ellos lo que no queremos que nos pidan a nosotras), pues aprendan juntos, si realmente quieren aprender. O recurran a una tercera persona (la encuesta de la Católica señala que ésta es la opción de un 5% de los encuestados). Te aseguro que ningún ceviche preparado por tus manos nos va a dar más alegrías que lo que has logrado con tu tabla.

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