Los Clinton en Lima

Filed under , by Mabel Barreto on 22:21



Ningún medio ha comentado qué curiosa coincidencia que los Clinton hayan estado casi al mismo tiempo en Lima.

Hillary  llegó el domingo 6 para participar en el 40 período de sesiones de la OEA en su calidad de Secretaria de Estado de los Estados Unidos y partió el martes rumbo a Ecuador, poco antes que aterrizara el avión de su esposo.

Ella viene como estadista, él en calidad de presidente de su Fundación, Global Iniciative.  Claro que sigue siendo un ex presidente de los Estados Unidos.  De ello tomó nota Alan García, que salió a despedirlo hasta el auto cuando Bill lo visitó en Palacio de Gobierno. Su esposa tuvo la misma reunión el lunes. 

García se reunió con Hillary durante una hora y 30 minutos con Bill. “…hablamos tanto que nos excedimos en el tiempo asignado, porque, de hecho, hay tanto que Estados Unidos y el Perú quieren lograr y hay tanto que nos importa a ambos”, dijo ella a manera de explicación.

Ni falta que hacía, García estaba feliz de tenerla en Palacio.  Hasta le prestó el local para una conferencia de prensa…

Los esposos no llegaron a encontrarse en Lima.  Tal vez sí lo hagan en Colombia, adonde partió Hillary hoy mismo después de su agenda en Ecuador.  Su esposo se trasladará mañana.

Y el caso es que no nos resistimos a comentar el cambio de roles en este matrimonio, unido a pesar de todos los desatinos de Bill y en el foco de la noticia aún, aunque salieron de la Casa Blanca hace ya casi una década.

Entonces él era el importante.  Como todos sabemos, ella no logró su sueño de ser la primera mujer presidente de los Estados Unidos y pasó más bien a integrar el equipo de su ex rival demócrata, Barack Obama.  Pero hoy es el rostro de la política exterior estadounidense y eso tiene sus bemoles.

Hillary ha demostrado que es una mujer capaz de ser mucho más que la esposa de un político.

Bill ha metido la pata, sonoramente, un par de veces, es verdad, y ha dejado en entredicho algo tan delicado como la lealtad.  Pero también es cierto que, como “marido detrás de una esposa importante” no lo hace mal.

Recientemente se supo de un sorteo, anunciado en internet y distribuido a millones de correos electrónicos, cuyo premio será “pasar una inolvidable jornada en compañía del presidente número 42 de EEUU”.  Bill Clinton sorteándose a sí mismo.

¿Y para qué?  El motivo se anunciaba en los boletos del singular sorteo:  para ayudar a Hillary.  Como se sabe, los Clinton se  endeudaron para la campaña presidencial de Hillary. Según el New York Times, en abril arrastraban aún una deuda de 771,000 dólares.

Así que Bill cumple su papel:  no se queja por el tiempo que ella dedica al trabajo (ni siquiera pudo darle un beso a la volada en Lima), tiene sus propias ocupaciones y busca cómo pagar las deudas generadas por la incursión en política de su esposa. Respeta y valora lo que ella hace.

No sabemos si será por todo esto que Hillary lo perdona siempre.

Lo que sí nos dejan los Clinton tras su paso por Lima es una sana reflexión sobre cómo una pareja alcanza este equilibrio de roles en algún momento.  Este llegó luego que durante años de años ella sacrificara sus propias aspiraciones profesionales y políticas por las de él.  Pero llegó, y Hillary lo está disfrutando. 

Por su parte, Bill me ha hecho recordar al esposo de una amiga.  Abogados ambos, alguna vez llamé a su casa a preguntar por ella y él me respondió:  “Ella no está, ha viajado a Beijing, a la Conferencia de las Mujeres”.  Había un cierto tono de orgullo en su voz cuando lo dijo.    

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