Las abuelas detectives, nominadas al Premio Nobel de la Paz

Filed under , by Mabel Barreto on 21:40



Una buena noticia:  el comité encargado de evaluar a los postulantes a Premio Nobel de la Paz aceptó la candidatura de la organización de derechos humanos “Abuelas de la Plaza de Mayo”.
Cabecitas blancas, pañuelos blancos. 

En 1977 dos abuelas, Chicha de Mariani y Alicia de la Cuadra se conocieron.  Ambas habían recorrido ministerios, cuarteles, iglesias… buscaban a sus hijos, detenidos y desaparecidos tras el golpe militar de 1976 que ensombreció Argentina.  Estaban desorientadas, cansadas.  Se dieron cuenta que, como ellas, otras madres hacían lo mismo.  Se encontraban generalmente cerca a Plaza de Mayo. 

Se reconocían al principio por un clavo en la solapa, luego por un pañal en la cabeza.  Pañuelos blancos.
Juntas, conversando, se dieron cuenta que, si no encontraban a los hijos, tal vez podrían localizar a sus nietos.  Contra ellos no había cargos. 

Comenzaron a buscar juntas.  Y decidieron hacer pública su búsqueda. 

Una vuelta juntas alrededor de Plaza de Mayo.  Cada jueves, cogidas de los brazos, una vuelta, dos…  Silenciosa protesta frente a la Casa Rosada, entonces  ocupada por dictadores militares. 

En paralelo, iniciaron una labor detectivesca.  Buscaban nombres, testimonios, visitaban los Juzgados de Menores, los orfelinatos, las casa cunas, contrastaban historias, investigaban adopciones de la época.
Al cabo de más de 30 años buscando a sus nietos su historial de hallazgos supera el ciento de casos:  hasta febrero de este año las Abuelas han logrado recuperar 101 nietos.

En todo este tiempo han hecho más:  cuando un nieto encuentra a su abuela, su abuelo, sus tíos, a veces por lo menos uno de los dos padres; es como si un pedazo de la historia argentina se encontrara con otro.
 




 Veo la foto del caso 101 de nieto recuperado, en la conferencia de prensa junto a su padre, y digo, si son dos gotas de agua.  ¿Y si alguna vez se cruzaban en la calle?  ¿Y qué pasaba con ese chico cuando miraba a quienes lo adoptaron?


Francisco Madariaga, el nuevo nombre del nieto 101, lo cuenta con sus propias palabras:  “No me veía parecido a nadie, y era una familia violenta, no me dejaban avanzar…”

Le tomó diez años, desde el momento en que comenzó a tener dudas, hasta el momento en que pudo abrazar a su padre, el único hombre entre las Abuelas.  Pero en realidad el trabajo de identificación y judicialización no tomó más de 15 días, pues, gracias al trabajo de las Abuelas,  hoy existe un Banco de Datos Genéticos, creado por ley, donde figuran los mapas genéticos de todas las familias que tienen niños desaparecidos, y una Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi).

Las Abuelas de Plaza de Mayo han motivado que unos 3.300 jóvenes argentinos acudan a esta Comisión para investigar su origen.  Se calcula que unos 500 bebés fueron robados a sus padres durante la dictadura militar.

En el caso de Francisco, tras una denuncia judicial se realizó el estudio de ADN en el Banco de Datos Genéticos y al dar resultado positivo la jueza resolvió detener a los padres “apropiadores” (de vidas ajenas) y preguntarle al joven si quería reencontrarse con su verdadera familia.


Todo gracias a las Abuelas. 

Cómo no alegrarse por su nominación al Nobel de la Paz.  Cómo no visitar la Plaza de Mayo en Buenos Aires (2003).  Sabía que ellas no estarían –no era jueves, los tiempos de dictadura ya se fueron-, pero igual quise estar ahí, algún vestigio de su lucha tenía que haber.  Y ahí estaba:  pintados sobre el piso de la plaza, pañuelos blancos en un círculo, homenaje a la lucha de estas mujeres.    

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